domingo, mayo 22, 2005

LOS MBYÁ GÜARANÍES: UN PUEBLO CON HISTORIA


Hace más de mil años que desde el corazón de la selva del Amazonas, un grupo de aborígenes llegaron a lo que hoy es Misiones y se instalaron, en la Selva Misionera. Con el correr de los años y con la llegada del “hombre blanco”, su idioma y sus costumbres se han ido modificando, pero sin embargo son unos de los pueblos indígenas que más respetan sus antiguas tradiciones. Hoy sobreviven en medio del hambre, la pobreza y la injusticia. Fueron durante años, los dueños absolutos de la selva misionera, y son quienes mejor la conocen, sin embargo hoy por hoy el desalojo de ella es una amenaza permanente.
Desde el Amazonas, hace varios siglos, los güaraníes se empezaron a expandir por distintas sendas en busca de “La Tierra Sin Mal”: un sitio en donde no había ni enfermedad ni muerte. Así se expandieron por distintos territorios. Algunos fueron al sur de Brasil, otros al Paraguay y otros a Misiones. Justamente allí se ubicaron 500.000 Mbyá Güaraníes, aunque se separaban en aldeas independientes de 300 a 500 personas.
Vivían de la caza y la pesca. Más tarde aprendieron a trabajar en cerámica y también a sembrar en medio de la selva, un lugar donde la tierra no es nada fértil. Sin embargo ellos se las ingeniaron, y encontraron la manera de cultivar por medio de la “Agricultura de Roza”: eligen un terreno pequeño, cortan los árboles y queman los matorrales más bajos, luego, cuando el fuego se apaga, con un palo hacen agujeros entre las cenizas que tapan el piso y después siembran. Esto funciona ya que la ceniza es un buen fertilizante, pero esa fertilidad dura poco. Por eso en sus chacras cultivan: maíz, mandiocas, batatas, zapallos, porotos, maníes, ananás, papayas, yerba mate, tabaco, algodón, bananas y otros frutos. También luego de la llegada de los españoles aprendieron a cultivar cañas de azúcar, sandías, cebollas y ajos.
En cuanto a su organización, antes vivían en aldeas, que tenían sus caciques o “Tuvichá”, no daban órdenes pero hacían de jueces y daban consejos. A su vez en cada aldea se alojaban en “malokas”, casas hechas de postes, hojas de palmera y paja y en ella moraban más de 70 personas dirigidas por un jefe de familia. También existían “Payés” o sacerdotes que se dedicaban a la religión y a la medicina, gracias a sus conocimientos de las plantas del lugar.
Hoy por hoy, ya no viven más en “malokas”, sino que habitan en ranchos de madera y por supuesto viven juntos no más de 15 personas, en varios casos muchos menos. Los caciques o tuvichá tienen muy poca influencia pero quienes aún son muy reconocidos son los Payé, incluso mucha gente criolla de la zona, va en busca de su ayuda para ser curada.
Actualmente, en Misiones, viven 3.000 Mbyá Güaraníes, distribuidos en 40 aldeas dispersas por todo el territorio. Su hábitat natural sigue siendo la selva. Algunos se siguen dedicando a la caza y a la pesca, pero la mayoría se dedica al cultivo, hacen changas en aserraderos y obrajes o trabajan en yerbatales o plantaciones de té para los colonos, sin ninguna protección legal ni laboral. Todavía existen grupos nómades, que además de la caza, la pesca y la recolección para subsistir, hacen artesanías y canastos que luego venden para comprar ropa y comida. Aún mantienen sus costumbres, aunque la influencia de las misiones jesuíticas han dejado rasgos en su cultura. Hablan el Mbyá, el güaraní y el castellano y en zonas fronterizas con Brasil también hablan portugués. Los niños asisten a escuelitas rurales donde les enseñan el castellano y el güaraní. Como viven en la selva, no poseen títulos de propiedad, viven en terrenos fiscales, por eso muchas veces corren el riesgo de ser desalojados.
Justamente, en septiembre del año pasado (2004), se manifestaron en la plaza de Posadas para pedir el reconocimiento de sus derechos, la devolución de sus territorios ancestrales. También reclamaban porque mientras sus niños morían de desnutrición el gobierno de la provincia de Misiones recibía a empresas madereras extranjeras y hacían acuerdos para que trabajen en la región.
Por la lucha a favor de este pueblo, para que les devuelvan entre 7.000 y 9.000 héctareas, el biólogo Raúl Montenegro, recibió el premio Nobel Alternativo por la defensa de los Derechos Humanos. Eso no es todo, además, se ha hecho una película, mostrando la vida y la actual subsistencia de esta población en la lucha por la conservación de su identidad “en el mundo blanco”. Esa película fue una coproducción entre el Reino Unido y la Argentina y participó del séptimo festival de cine independiente.
Pero volviendo al principio, ¿no es hora de que se reconozcan todos los derechos de este pueblo?, un pueblo que ha habitado en suelo argentino hace más de mil años, cuando todavía no existían las fronteras, cuando todavía no habían llegado los españoles. Con toda la historia que este pueblo tiene, con todas las costumbres que hemos enumerado, este pueblo, es un ejemplo, tiene mucha riqueza y merece ser tratado como corresponde. Es muy raro, hace mucho llegaron en busca de "La Tierra sin Mal" donde no había enfermedades ni muerte, y ahora sufren del hambre, la pobreza y mueren a causa de la desnutrición...

Pablo Piris.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno, te felicito...veo que es una investigación importante. Valió la pena el esfuerzo...Saludos

Anónimo dijo...

muy bueno pablin todo muy completo te felicito ojala que desempeñes tu labor peristico como en tu vida relizas tus cosas

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la información, espero que todos encontremos la tierra sin mal. ¡Felicitaciones!

enrique hopman dijo...

Muy bueno el articulo. Presido la Asociacion Civil Amigos de Guapoy que acerca ayuda solidaria a aldeas mbya guaranies en Misiones.
http://www.guapoy.blogspot.com